jueves, 18 de enero de 2018

UBA 61 - 51 UCAM Murcia. Infantil femenino 15/16.

De lo muchísimo que disfrute con la generación 2003/04 femenina de UCAM Murcia durante los dos años que tuve el privilegio de entrenarlas, uno de los recuerdos más vivos que tengo es el partido que jugamos en Archena una fría mañana de Sábado en pleno Marzo de 2016. La semana previa al partido fue muy complicada por varios aspectos. Sufrimos una plaga del típico resfriado murciano que, una vez que a finales de Febrero suben un poco las temperaturas y ya nos pensamos que estamos en Primavera, ataca con virulencia con una vuelta repentina del frío que nos pilla desprevenidos a todos. Tanto nos afectó aquello que tuvimos que cancelar algún entrenamiento por falta de jugadoras y para evitar todavía más bajas.

Fuimos a Archena con lo puesto, con el mínimo de 8 jugadoras exigidas para poder disputar el partido. Bueno, realmente sanas había unas cuantas menos, pero muchas de ellas hicieron un esfuerzo realmente encomiable en disputar el partido aún no estando en las mejores condiciones. Al llegar allí el entrenador de Archena nos contó que su semana no había sido mejor que la nuestra.

Entrenar bien durante la semana no te garantiza hacer un buen partido durante el fin de semana. Lo que es seguro es que no entrenar bien (o directamente no entrenar) garantiza no jugar bien el Sábado o el Domingo. Algunas de mis jugadoras se plantaron en Archena aquel sábado solo para evitar una sanción al club por no presentar el mínimo de licencias exigido. María Dolores, un ejemplo para todas sus compañeras por compromiso y esfuerzo (tirando del carro y asumiendo responsabilidades que no tendría por qué haber asumido en muchos momentos complicados) jugó un partidazo tras haber pasado una infernal noche con 39º de fiebre. Que jugase a un nivel extraordinario no era algo raro, pero que lo hiciese en esas condiciones es algo que pocas veces he visto. Y aunque no hubiese tenido su mejor día el mérito del esfuerzo que hizo ese día sería exactamente el mismo.

Los dos partidos anteriores contra Archena (era una liga a 3 vueltas) se habían saldado con derrotas más o menos contundentes, así que teniendo en cuenta nuestro estado esa semana era de esperar otro resultado parecido. Sin embargo durante el primer cuarto jugamos 10 de los mejores minutos de toda la temporada, terminando con una ventaja de 9 puntos (2-11). De ahí en adelante competimos bien, pero las fuerzas se nos fueron marchitando (además de bastantes problemas con las faltas que acabó con alguna jugadora eliminada antes de tiempo) y Minerva, una gran jugadora de Archena que nos tenía tomada la medida, hizo el resto para que acabaran llevándose el partido. Yo no tenía nada que reprocharle a mi equipo, todo lo contrario.

En nuestro equipo también jugaba Andrea, una chica estupenda que tenía (y me consta que sigue teniendo) todas las cualidades con las que sueña un entrenador: interés, humildad para querer mejorar y tenacidad para trabajar. Yo tenía (y sigo teniendo) muchísima fe en sus cualidades y su potencial. Aquel día, siendo ella consciente de lo mucho que el equipo la necesitaba, dio el paso al frente que llevaba toda la temporada pidiéndole y se atrevió a hacer cosas que en una situación menos extrema quizás no se hubiera atrevido. Y por supuesto, lo hizo muy bien. En mi memoria tengo una acción en la que tras coger el rebote en su canasta, se cruzó toda la pista y sacó un 2+1 contra jugadoras más rápidas que ella y con muchos minutos ya acumulados en sus piernas. Su rabia al acabar el partido no hizo sino confirmarme el valor incalculable de Andrea para el equipo.

Personalmente no soy un entrenador demasiado ambicioso ni con aspiraciones de tener una carrera de relumbrón (además de que no tengo nivel para ello). Pero una de las cosas que sí tengo claro es que me gustaría volver a coincidir con Andrea. Da igual la categoría o el tiempo que pase, me gustaría que nuestros caminos se volviesen a encontrar. Volver a jugar un partido como el de Archena pero con un final más agradable. Haberla entrenado durante dos temporadas es una de las cosas que ha dado sentido a mi carrera como entrenador y una motivación para que quiera seguir siéndolo.

Estadísticas:

UBA Archena 61 - 51 UCAM Murcia (2-11, 17-16, 8-7, 24-17).

19 Marzo 2016. 

miércoles, 17 de enero de 2018

UCAM Murcia 85 - 65 EWE Baskets Oldenburg

Seguramente lo que más me gusta de la Champions es el hecho de poder acudir a los partidos sin saber absolutamente nada (o casi nada de los equipos rivales). Cuando uno acude con asiduidad al Palacio de los Deportes acaba familiarizándose con jugadores, entrenadores e incluso árbitros (en algunos casos, especialmente los árbitros) de la Liga Endesa. Pero la Champions te da la opción de llegar virgen al partido, como en LEB. Tienes la opción de ser sorprendido, de que la pregunta "¿Qué hace jugando ahí ese tío?" tenga connotaciones radicalmente opuestas. De la más profunda admiración ante un jugador muy por encima del resto de sus compañeros (acompañado de la muletilla "A ese podríamos ficharlo") al asombro más absoluto ante el pésimo nivel de algún rival (en ese caso más de uno apelará a que "nosotros hemos fichado a gente aún peor, eh.").

Hasta ahora, los equipos que han pasado por Murcia en esta competición han tenido algunas características comunes: Ciñéndonos al juego, son por lo general equipos bastante anárquicos, con escaso rigor táctico y con americanos que acaparan juego y tiros como ocurría hace 20 años en la ACB. Es decir, imprevisibles (sin ir más lejos, el equipo que nos ha visitado este Martes nos cosió a triples en su pista y hoy han acabado con un pésimo 1/17 desde más allá de 6,75). Otro de los aspectos en común que han tenido muchos de los equipos que nos han visitado es que algún díscolo miembro de sus cuerpos técnicos ha acabado enfrentado a la grada. Y son esos pequeños detalles los que harán que dentro de 10 años la afición se acordará mucho más de la Champions que de la Eurocup. La Eurocup efectivamente era una competición muy europea. Muy del norte de Europa. Había un criterio arbitral claro y definido a lo largo de todas las jornadas. La Eurocup destilaba profesionalismo.

La Champions es lo radicalmente opuesto. Destila amateurismo por los 4 costados. Hoy hemos sido testigos de un partido 100% Champions. Si antes del inicio del partido se les hubiese dicho a los espectadores que a final del tercer cuarto se iban a alcanzar unos decibelios que no se oían en Murcia desde la vuelta de Chris Thomas, pocos lo habrían creído. Pero así fue. Un criterio arbitral cambiante y errático que acabó estallando con la descalificación de Ibon Navarro encendió a una grada aletargada. Y despertó a un UCAM Murcia que, a pesar de haber logrado una renta por encima de los 10 puntos, parecía condenado a otro final igualado.

Otro elemento por el que la Champions es una competición interesante es por la manera de afrontarla de nuestros jugadores. Por supuesto que salen a ganar los partidos y su actitud ha sido sobresaliente en lo que llevamos de torneo (a la clasificación hay que remitirse), pero algunos jugadores juegan con más soltura y menos encorsetados que en la Liga Endesa. Sin ir más lejos, hoy Sadiel Rojas ha anotado un aro pasado remontando por línea de fondo tras recibir en la esquina que en otra circunstancia (si el rival fuese Joventut y no Oldenburg) habría acabado directamente en tiro de 3 puntos. Otra acción que no habíamos visto en su repertorio ha sido el triple con doble paso hacia atrás después de hacer volar a su defensor.

El partido de Ovie Soko ha sido colosal. Hacía mucho tiempo que no veía un partido a este nivel en el que un jugador generase tanto desequilibrio desde una situación concreta (recibir en poste medio y jugar 1x1). Las respuestas desde el banquillo rival han llegado tarde y han sido ineficaces.

Me preocupa el partido de Kevin Tumba. Nunca será un arma ofensiva, pero sabías que defensivamente aportaba intimidación, defensa y rebote. Hoy en ninguno de esos aspectos ha estado bien. Además, si bien a Marcos Delía se le ve una evolución en su juego ofensivo, Tumba está estancado. Hace exactamente lo mismo que cuando llegó a Murcia. Cierto es que Oldenburg tenía unos pivots bastante móviles y que jugaban muy abiertos, pero ha habido algunos detalles en el cierre del rebote y en la defensa del bloqueo directo que demuestran que el belga está lejos de su mejor nivel.

Ante la expulsión de Ibon Navarro ha debutado como primer entrenador Alberto Miranda, uno de sus ayudantes. La verdad es que lo he visto muy nervioso al principio, hablando mucho con el resto del cuerpo técnico y con el resto de jugadores. Realmente era una papeleta complicada, con los jugadores desquiciados ante lo que consideraban una labor arbitral desfavorable y perdiendo cada vez más renta. Ha optado por no arriesgar con los cambios y ha conseguido incluso ganar el average con los alemanes. Yo pensaba que por experiencia y tiempo de permanencia en el club iba a dirigir Pepe Rodriguez (para poder cantar con razón aquello que le cantan en las oficinas del club. "Pepe Rodriguez, primer entrenador"), pero sin duda una eventualidad así está hablada de antemano y Alberto Miranda será en lo sucesivo el sustituto de Ibon en caso de que vuelva a ser descalificado ( o si hay sanción en competición europea, que no sería descartable viendo como ha  seguido protestando una vez que lo han expulsado).

Ahora que se ha puesto a tiro, y sabiendo que no nos podemos cruzar con un equipo español (como me ha señalado un lector), molaría ver a un equipo de los que quizás no volvamos a ver por aquí, lo más exótico posible. Quien sabe que jugador sorpresa podría traer ese equipo, o qué miembro del cuerpo técnico acabará a la gresca con la gente.